Combate en el sitio de su aplicación a los hongos y toda la proliferación bacteriana que se presenta en estos casos, haciéndoles a los microorganismos hostiles el medio en que se desarrollan. Esto se debe a que el azufre, al actuar como reductor, remueve el oxígeno de las capas superficiales de la epidermis, las cuales se van eliminando por el efecto queratoplástico.